Las medusas… Esos seres desconocidos y temidos con los que pocos queremos cruzarnos, pero que a la vez nos deleitan con su belleza… ¡Y hacen tanto bien a nuestros océanos!
Aún así, cuando se cruzan por nuestro camino o invaden el pico, nos provocan reacciones poco apetecibles. Hay muchos tipos de medusas, desde las totalmente inofensivas hasta las mortalmente venenosas. Aunque tranquilos porque las que solemos encontrar surfeando nuestras costas, no suelen pasar de provocar un picazón o escozor muy fuerte. ¡Molesto e indeseable, pero al menos nuestra vida no corre peligro!
La medusa, ¡ese ser contradictorio!
La medusa es una criatura curiosa, pues los científicos afirman que es uno de los seres más antiguos de nuestro planeta. Tan curiosos como bellos estos navegantes silenciosos del mar pueden llegar a ser muy peligrosos. Y sin embargo, como toda criatura tiene sus funciones en el equilibrio natural de nuestros océanos que tanto amamos, ¡aquí van!
– Se unen a otras especies para proporcionarles refugio, transporte o alimento.
– En aguas mediterráneas sirven de alimento a otras especies como tortugas o el pez luna.
– Muchos animales dependen de la sabrosa y gelatinosa fuente de alimento, por lo menos 50 especies de peces, aves marinas, e incluso otras medusas.
– Mantienen a raya a la población de algunas variedades de peces, pues se alimentan de sus alevines y huevos.
– Los cangrejos juveniles y peces las utilizan como refugios y un medio de distribución.
– ¡Entre otras muchas!
Pero, ¿qué podemos hacer si nos pica una medusa?
En este último año el crecimiento de medusas en las costas españolas ha sufrido un aumento enorme, ya no sólo por la presencia de medusas comunes, sino por la “invasión” de especies propias de otros océanos, como la Carabela Portuguesa.
Las medusas son una buena razón más para usar licras y neoprenos que ya nos protegen del frío, de quemarnos al sol o de rozaduras indeseadas.
La información siempre es poder, y no está de más conocer al enemigo contra el que nos enfrentamos. En las costas españolas tenemos una serie de medusas que podemos encontrar más comúnmente: La Medusa Luminiscente (Pelagia Noctiluca), la Medusa Huevo Frito (Cotylorhiza Tuberculata) o la Vela Púrpura (Velella Velella).
Pues bien, a no ser que nos enfrentemos a especies muy específicas y peligrosas, hay una serie de consejos básicos para curarnos una picadura de medusa común:
1.- Quitar los restos de medusa (sin frotar):
Es muy importante eliminar los restos de medusa de nuestra piel, pues de lo contrario el veneno se mantiene de forma residual en nuestra piel provocando que sea mucho más complicada la curación.
2.- Lavar con abundante agua salada:
A pesar de que hay muchas leyendas respecto a este tema, lo mejor que podemos hacer es limpiar la zona afectada con agua salada. Si es del mar, ¡mejor que mejor! Nunca apliques agua dulce, ni amoniaco, ni alcohol, ni vinagre. ¡La solución la tienes cerca!
3.- Aplicar agua con bicarbonato:
Es una solución estupenda para evitar un posible envenenamiento posterior en caso de que quede algún residuo de los tentáculos de la medusa. Aplica sobre la zona una solución de bicarbonato, ¡una maravilla!
4.- Aplicar hielo seco a intervalos.
Envuelve hielo en una toalla y aplícalo sobre la zona afectada durante 5-15 minutos. ¡Verás qué calma! Pero sobre todo, ten en cuenta que los hielos son de agua dulce y tu “herida” no debe estar en contacto con ella.
5.- Si persiste el dolor o el picazón consultar con un médico.
Si a pesar de estos remedios la picazón se mantiene y la rojez no desaparece… ¡Pide consejo a un médico!
Las picaduras de medusa son difíciles de evitar por la capacidad de estos animales, igual que los erizos de mar, de mimetizarse con el entorno, ¡pero los remedios -en general- son fáciles! Así que no temas lo que el océano puede darte, teme lo que tú puedas hacer contra el océano.
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