Con apenas 13 años ya se hablaba de él. Hoy sigue demostrando que todo ese talento en potencia está saliendo a la luz. Jack Robinson ha seguido subiendo escalones y consiguiendo reconocimiento mundial. El pequeño hombrecillo ya no lo es tanto y ya se ve la cara con Teahupoo. Reconoce que no ha sido un camino fácil y que desde su primera ola con su padre nunca ha dejado de luchar por su sueño. Cuando muchos aún llevaban el baby lleno de pinturas y barro él ya ganaba competiciones y estaba sponsorizado, con solo ocho años. Poco después Quicksilver puso su mirada en él. Jugando en el mismo equipo que grandes como Kelly Slater, el joven Robinson sabía que con esfuerzo y tenacidad lograría vivir de sus sueños. Aquí nos deja una muestra de su técnica y esfuerzo para deleite de nuestros sentidos.