A todos nos ha pasado alguna vez: después de un día agotador y estresado, lleno de ocupaciones, solo tenemos ojos para el reloj. Sabemos que hay olas, que nuestro pico está rompiendo bien, que las condiciones de marea y viento son favorables. Y que el día se acaba, queda poco para la puesta de sol y las horas de luz se terminan.
Kelly Slater vive en este vídeo una sesión muy parecida a la que contamos y que muchos ya hemos experimentado. Llegar al parking al atardecer, con la luz dorada de los últimos rayos y la gente ya marchándose, cambiarse rápido mirando el mar y entrar con el sol desapareciendo en cada serie. Solos, con la magia especial de esas horas, surfeando hasta que está oscuro, arreglando el día con unas olas. ¡Pura Vida!