El primer arrecife artificial para la formación de olas construido en Europa está a punto de terminarse en Boscombe, Inglaterra, y para el mes de Septiembre estará listo para surfear.
El proyecto de 1,6 millones de € consiste en un promontorio en el fondo del mar que actuará como rampa y mejorará de manera importante el modo en que las olas rompen, produciendo una ola de derecha de unos 75 metros para surferos y una izquierda mas corta y potente perfecta para bodyboarders.