Hace un buen puñado de meses el significado de estas cinco letras consecutivas: de, o, eme, ka y e, quizás cambiaron la dirección de una autopista bien asfaltada hacia el futuro del surfing y lo hicieron con un camino de tierra alternativo, uno de esos por los que no es fácil conducir, pero que en muchas ocasiones llevan a los mejores spots por descubrir. Hoy nos llega el primer capítulo de DOMKE’s SHOW… Para hacerse unas palomitas y sentarse a disfrutar.
DOMKE, DOMKE, DOMKE. Hace tiempo que el nombre de este pedazo de rider suena en los medios y para los que no sepan de qué va la historia, va un breve resumen para entrar en situación:
Bradley Domke es un chaval de Florida al que le molaba el skate y empezó a surfear siendo sólo un chaval. En la adolescencia descubrió y se enamoró del skimboarding en México antes de mudarse a la Costa Este de Estados Unidos. Tras mudarse mejoró su skim, buscando los límites de los trucos posibles e imposibles, soñando con olas de California. Se convirtió en uno de los jóvenes más influyentes del skim mundial, con su estilo skater, diferente y revolucionario, metiendo trucazos dónde otros ni se lo habían planteado…
Desde entonces y hasta hoy, ha estado buscando límites un poco más arriba. Límites tan altos que estén sólo al alcance de algunos elegidos. En ello estaba cuando empezó a skurfear (posiblemente fue uno de los primeros), que es surfear con una tabla de skimboarding. Sin conformarse con ello, siguió rizando el rizo, aventura tras aventura, hasta hacer la bestialidad que acompaña estas líneas. Una auténtica locura en un monstruo de Puerto Escondido, subido en una tabla de 135 cm de largo, 1,6 de grosor y sin quillas, claro.
Dicha machada fue nominada y finalista en el “RIDE OF THE YEAR” de los XXL Awards de Billabong (los premios por excelencia del surf de olas grandes). Un auténtico hito y un reconocimiento, sin duda, merecidísimo del mundo del Surf (chapeau!). Espectacular. Tanto es así que posiblemente el video de su ola en Puerto Escondido fuera uno de los más vistos y comentados en las redes sociales de 2015, sino el que más.
Hasta ahí todo excelente..! Pero más adelante llegó algún problemilla/resquemor/escozor que otro; y es que algunos de los surfers más puristas, sacaron a la luz alguna que otra reticencia a que un skimboarder, con tabla de skim y tow-in estuviera nominado a unos premios de surf. A pesar de todo, en la gala, Domke dio una clase de señorío, simpatía y buen hacer a pesar del murmullo, quedando como último clasificado de los cinco finalistas, cuando tenía tanto mérito o más que el resto (salvo las olas que entraban a remo y no tow-in), manteniendo la sonrisa, la ilusión y la felicidad de acudir a un evento de semejante calibre.
Unos cuantos iluminados aprovecharon la ocasión para dar una opinión partidista e irrespetuosa sobre la valentía, el riesgo y la dificultad que supone el skimboarding frente al surf. Sólo a ellos (y no al resto de surferos/surfistas) debería explicarles alguien que en el skimboarding, de olas más o menos grandes, todas las olas parten en seco y que las lavadoras son por la arena. Y también, claro, que Brad es además un pedazo de surfista y que hacer lo que hizo con la tabla con la que lo hizo, sin quillas, sin leash, sin traje y sin chaleco, no se hace sin tener, precisamente, un par de razones bien puestas. El que no sepa juzgar eso, más allá de que Domke, merezca o no merezca tener una clasificación mejor y movidas por el estilo, es que tiene muy poquita parafina que rascar.
Para acabar, sin más dilación, una simple hipótesis… ¿Y si Domke es un revolucionario de esos a los que no es fácil entender y apoyar? ¿Uno de esos avanzados a su tiempo? Uno de esos que van por un camino de arena alternativo a la autopista masificada… ¿Y si Bradley Domke está estableciendo una opción viable en el futuro de las tablas de surf? Sólo el tiempo dirá. Sea o no. Brad sí es algo; un gran tipo y muy buen chaval.