surf racismo

La lucha contra el racismo llega al surf

La comunidad surfera de San Diego da ejemplo de unidad manifestándose pacíficamente en la lucha contra el racismo. Black Lives Matter

Hace apenas unas semanas que comenzábamos a salir de la dura cuarentena que ha azotado el mundo, cuando nos enteramos de otra dura noticia dejada por un problema que existe desde hace mucho tiempo, la del racismo.

Todo comenzó cuando George Floyd famoso ex jugador de Football americano fue asesinado, el motivo fue pagar con un cheque que denunciaron como falso, a pesar de ser real. Una muestra de los prejuicios que existen.

Esto le costó la vida a causa de la brutalidad policial que acabó asfixiándolo mientras lo filmaban y el dejaba sus últimas palabras: No puedo respirar. Algo injusto y realmente triste ver como el odio persiste en nuestros días. 

Este video consiguió levantar un movimiento de protesta contra el racismo no visto desde la muerte de Martin Luther King, el Black Lives Matter. 

Esto generó por todo Estados unidos una serie de manifestaciones que han dejado imágenes sorprendentes, tanto de caos y saqueos (como por ejemplo a una tienda de surf en California) como de otra gente que se ha manifestado pacíficamente dando ejemplo de unidad, y una de las más destacadas ha sido la de la comunidad surfera de San Diego liderada por Sal Masekela. Surfista local y analista de deportes de acción, dio un discurso realmente conmovedor que os dejamos aquí.

Un fragmento del discurso dice:

Observar en silencio los ocho minutos y 46 segundos que le tomó a ese oficial matar a George Floyd fue transformador. Cuando los puños comenzaron a levantarse, el silencio se rompió sólo por el sonido de las olas: este fue el nivel más alto de respeto que he presenciado de una multitud durante ese período de tiempo.

La energía del remo era fuerte, aunque estaba llena de muchas caras blancas y privilegiadas. Esto sirvió como un recordatorio de dónde estamos como cultura del surf y dónde debemos estar.

No hay vuelta atrás. Esta comunidad necesita abrir sus puertas. El océano cura, y no se limita a aquellos que solo tienen el privilegio. Es nuestro deber elevar y compartir esta alegría del océano.